Bestias contra seres humanos, crucifixiones en vivo, batallas terroríficas e inimaginables… ‘La nave del misterio’ viaja en el tiempo para situarse en el anfiteatro: “Lo de los gladiadores son un porcentaje mínimo de lo que pasaba en esa arena. Esa arena donde todo era posible era un espejo del mundo y nos puede enseñar muchas cosas”, reflexiona Iker Jiménez. 

De la mano de Alfonso Mañas, autor del libro ‘Gladiadores, bestias y condenados’, ‘Cuarto Milenio’ aborda la presencia de una especie de seres fantasmales que rodeaban al malherido para rematarle y darle muerte. Se trata de un episodio muy famoso que ocurría en la arena y de la cual dejó constancia Tertuliano en dos de sus obras.

“Mientras estábamos viendo las ejecuciones de medio día, salieron Dis Pater y Mercurio”, cuenta este personaje público. Eran dos operarios de la arena, dos seres del inframundo. Dis Pater portaban un martillo, un elemento simbólico para guiar al alma en su viaje desde la vida hacia la muerte.

Por su parte, Mercurio llevaba o un gorro con alas o unas sandalias con alas. Llevaba un caduceo al rojo vivo para comprobar si los gladiadores estaban vivos o muertos. Cuenta Tertuliano que se reían con su presencia en la arena, aunque no describe qué hacían para provocar tales risas.

Además, Alfonso Mañas nos habla de otros espectáculos que se llevaban a cabo y que, el de los gladiadores (la gladiatura), era el menos violento: la venatio (peleas entre animales y entre humanos y animales) y los ludi meridiani, donde ejecutaban a humanos (entre estas ejecuciones se encontraban las crucifixiones).